jueves, 23 de mayo de 2013

KUKI mi trabajo como medicina

El 28 de Febrero después del terremoto de mi intento turístico en Puerto Gaviota y la partida de mi hijo a la Universidad llegó a la puerta de mi casa la embarcación de mi yerno y salí a ver que me traían.
Al preguntar por lo traído descubrí con pena que nada, sólo a un trabajador en busca de un cocinero.
El cocinero en cuestión había celebrado en demasía el día anterior y se necesitaba con urgencia.
Fui al puerto en busca del encargado de la contratación y pregunte si podía ser una mujer la contratada. Lo pensó,  la urgencia era grande y pregunto: ¿Sabe cocinar?,¿sabe hacer pan? ¿podrá pasar el encierro y no marearse en el ponton?(casa flotante con bodega y maquinaria)
Las respuestas no se dejaron esperar y fueron: he tenido hospedaje y he cocinado comida sencilla para 20 personas, he tenido amasanderia por 5 años y he vivido y navegado por más de 10 años en esta isla.
Antes de media hora estaría rumbo a LATOLQUE, una isla del grupo Pomar y sería la KUKI.
KUKI es el término genérico para quien ejerce de dueña de casa en el contexto de lo que era la familia tradicional chilena con mamá en casa. Se encarga de que todos puedan realizar sus tareas, hace la comida con lo que hay, mantiene la casa limpia, siempre con buena cara y con la voluntad de ponerle buena cara al mal tiempo acomodándose a todo evento como puertos cerrados, llegadas de visitantes, atender teléfono cuando todos están lejos, etc, cortito, como la mamá en casa y por supuesto muy poco deseado porque la jornada empieza temprano, no para y es el último que termina el trabajo lavando los trastos de la cocina y preparando todo para el día siguiente con la mesa puesta para el desayuno.
He conocidos muchos de ellos en los barcos, generalmente varones mayores enamorados del mar y del trabajo, con buena mano, manos laboriosas y sonrisas cordiales que reconfortan con su actitud en estas latitudes australes y hacen posible soportar los encierros que impone las carencias en estas latitudes en lanchas, barcos y ahora pontones de 20, 15 o 10 días, según las empresas aislados de todo contacto con el mundo.
Siempre he recibido este trato cordial, mejor, de cariño y de respeto que me ha hecho sentir segura en este medio donde la presencia femenina es motivo de aprecio y alegría porque de alguna forma nos une y conecta con nuestras propias familias y hace salir lo mejor de los varones que cuidan sus modales, se preocupan de su presentación, colaboran con gusto y a mi como mujer el gusto de tenerlos contentos. El poder compartir inquietudes con alguien que mira y siente como el otro género en un clima así, (tan de machos), donde el aislamiento favorece tanto la fantasía produce crecimiento y desarrollo porque se equilibran naturalmente las energías. Acordado que todos trabajamos para nuestras familias, el respeto se impone y se trabaja con alegría tratando de hacer todos los esfuerzos para sentir una estadía corta en el trabajo y aprovechar al máximo NUESTRO TIEMPO, el de las bajadas


Puedo decir con orgullo que soy la KUKI de LATOLQUE, orgullosa de mi trabajo y de poder proyectarme a futuro en una actividad sustentable porque no creo que el futuro está en esta industria para la cual lo más valioso son sus pescados llegando al convencimiento de que "Sï los salmones comieran dátiles, los tendríamos por cajones directos de Bagdad, pero cuando se trata de su gente las cosas son muy diferentes, y para los demás ni hablar.
Las personas externas que llegaron a hacer trabajos llegaron con sus víveres, el Gran jefe me hizo tomar conciencia del valor de "MI TIEMPO", con su apuro; mi anexo de contrato, mi inseguridad laboral y la arbitrariedad a la que estoy expuesta, que la buena disposición se confunde con la estupidez y que lo único valioso es la imagen olvidándose que muchos de los patagones no hemos nacido bajo una mata de QUILAS, sino que elegimos esta tierra como nuestro hogar tomando en ella las oportunidades que se nos presentan y como somos todo terreno tenemos aún muchos caminos a seguir.
Con el articulo que copie en facebook entendí el porque de la marea roja o  más bien de la "MAREA ROSA" encubierta.
El equipo de salud nos prohibió terminante comer mariscos del entorno, actividad que gozamos a cabalidad, por estar "contaminadas de marea roja" y la verdad es que lo están pero nadie dice realmente con que.
Es un secreto a voces que toda la industria alimentaria abusa de los químicos y en nuestro caso se  crea una "marea rosa" que nos hace despedirnos de los picorocos, locos, lapas robándonos nuestros recursos y obligándonos a una esclavitud encubierta.
Digo ROSA por lo rosado de los salmones químicamente pintado.
Es la conquista de la Patagonia Chilena.