Al sur de la Isla Magdalena se encuentra este puerto que más tiene de caleta que de puerto, sin embargo por su ubicación en la intersección de los canales Puyuhuapi sur y Moraleda es el lugar ideal para quienes quieran conocer y disfrutar de actividades marinas y de pesca, guiados y acompañados por los pescadores locales. Pensé que podía ser una nueva primavera y así quería creerlo.
Los hijos aunque quieran no pueden hacer mucho por sus padres, Katia me ha hecho un gran regalo con su intento, pero vasto pasar frente a mi casa y ver la luz para saber que tu lugar en el mundo no lo puedes cambiar a pesar del dolor que ello conlleve.
No podemos cambiar el destino que trazo para cada uno la Divina Providencia.
Que así sea.
martes, 22 de enero de 2013
No más lagrimas
Dentro de los animales de mi padre había una vaca clavela oscura a la que llame Chocolate. Cada primavera esperaba la promesa de su cría, ya era vieja y me decía "debería venderla". No era mía, su dueño la quería para la bonitura y sufría con ella en el invierno.
Al volver después de un duro invierno no la vi más, hasta que la encontré muerta entre unos palos y ya no quedaban lagrimas.
Mire lo que quedaba de ella, me dije "no tendré que pensar más en que debía venderte y no te veré sufrir otro invierno" me embargo una paz sanadora y la deje ir.
Hoy cuando la veo en las fotos antiguas es fuente de alegría por los hermosos recuerdos de esperanza y compañía que dejo.
No somos tan distintos, espero que pronto se pueda decir de mi "ya no la veremos acarreando pa´su isla, sufriendo de incomprensión y fracasando en sus intentos" y puedan recordarme como la gringa loca de amor por su isla y sus canales esperando con paciencia el poder llegar a casa.
Como mi chocolate no veré una nueva primavera y habrá que quemar los zapatos del camino.
Al volver después de un duro invierno no la vi más, hasta que la encontré muerta entre unos palos y ya no quedaban lagrimas.
Mire lo que quedaba de ella, me dije "no tendré que pensar más en que debía venderte y no te veré sufrir otro invierno" me embargo una paz sanadora y la deje ir.
Hoy cuando la veo en las fotos antiguas es fuente de alegría por los hermosos recuerdos de esperanza y compañía que dejo.
No somos tan distintos, espero que pronto se pueda decir de mi "ya no la veremos acarreando pa´su isla, sufriendo de incomprensión y fracasando en sus intentos" y puedan recordarme como la gringa loca de amor por su isla y sus canales esperando con paciencia el poder llegar a casa.
Como mi chocolate no veré una nueva primavera y habrá que quemar los zapatos del camino.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)