Cuando arrecia la tempestad, cierran el puerto en Cisnes aparecen como abejas con sus luces y su ronrronear los barcos y se juntan en la bahía a capear el temporal.
Cuando deben esperar para cargar o descargar el alimento de los salmones o los salmones hacen tiempo en la bahía, y si pueden, bajan a jugar una pichanga.
Cuando el tiempo se viene malo y hay que hacer faena para pescar las cuotas de merluza se va donde Morrás, el puerto es bueno y es cerca.
En verano, cuando el viento sur sopla y viajan los yates, hacen escala en seno Morrás como lo indica la guía Náutica de la Patagonia en la pág. 258 y se les regala con lo que hay en el invernadero, se comparte la visita y luego cada cual a lo suyo.
Todo esto no es de leyenda, es el día a día en un remoto rincón de la patagonia en que nunca se sabe lo que traerá la marea.
Para mi la leyenda aparecío cuando en el paso que une con los Caracoles encontré un letrero que decía "Paso Ñancupe" y un conchal de cholgas donde crece menta, alfalfa y un ciruelo, y la reforzó la piedra incógnita de mi guardian.
Vi por primera vez su función cuando era niña, llego una lancha de los Kochifas con una fila de chalupas (botes de dos proas) a la tira y se anclan a la entrada frente al paso, bajan, hacen campamento y se va la lancha. Nadie decía nada, en el fondo de la bahía se veía una casa que hacia humo así que la fueron de visitar, llevando un canasto lleno de cholgas.
Eran buzos que andaban mariscando, esto es sacando de la orilla rocosa las cholgas para las fabricas que las procesaban en Calbuco, trabajo que hacían todas las temporadas en cuadrillas de a cuatro, más el cocinero que hacia de timonel y era el más joven del grupo. El personaje más importante era el buzo que se ponía escafandrá, se bombeaba el aire con una rueda manual turnándose los marinos que ademas hacían todos de remeros, y así recorrían toda la costa hasta completar la carga de la lancha que los remolcaba otro poco y seguían hasta que llegaba la veda.
Y con la visitas las historias, "siempre los tiempos pasados son mejores"(sólo que en los recuerdos), y esto era porque en los bajos de la entrada habían "bancos de choros zapatos", y el rey en un día había sacado 40 sacos, y eso ya había pasado, y en "esos tiempos" el buzo se tiraba al agua y se llenaba el bote de tanto marisco "no como ahora"(les suena conocido), y venia una de quejas como la de nuestros pescadores hoy en día.
No faltaron los trueques, moneda tradicional de la patagonia, mi madre disfruto a gusto de cholgas y algunos Choros Zapatos (los pongo grandes porque eran como mis zapatos), descubrió que los había normales (macho) y negros (hembra), mi padre con sus aventuras y yo con las historias.
El paso fue bautizado así en honor a un pirata de Melinka, y se usaba para pasar las chalupas de una bahía a otra y ahorrarse la vuelta a remo. Todo se hacia a pulso, los campamentos eran muy precarios ya que se usaban las velas, algunas ramas y las protecciones que ofrecía la naturaleza, siempre cerca de agua y buscando la seguridad de los puertos.
Legendaria era la sopa de buzo, una sopa en que la cuchara queda parada por el cansancio, choreamiento y la soledad de esos hombres pero que con el hambre era de lo mejor antes de dormir.
Con el tiempo desaparecieron las cholgas y las faenas fueron de chorito, la diferencia era que crecian a menor profundidad y se ganaba menos pero era lo que había.
Se pescaban ocacionalmente Robalos con red, Congrios de noche con espineles y Rollizos de día, lenguados, salmones eran raros.
Al cruzar el canal Puyuhuapi se hacia llevando a la rastra un sierrero que generalmente aportaba con el cancato de Sierra a la llegada a tierra en verano o de los jureles cuando no había suerte. Con el tiempo la Sierra fue desapareciendo y los Jureles llegaban en grandes cantidades, se secaban y se guardaban para el invierno.Todo era ver una pelotera (gaviotas sobrevolando un sector que anunciaban sardinas, Sierras y Jureles.
Luego en 1976 vi pescar merluzas en la bahía, era de ir con unas sardinas, una lampara a parafina de las Petromax y esperar para sacarlas de más de un metro, nada de espineles ni otras artes de pesca, simplemente al pinche. Nadie las conocía en Cisnes y no se vendían.
Luego vino la "Pesca" se descubrio que los españoles las compraban a buen precio las merluzas, y Seno Morrás fue territorio de leyenda por la caza de sus baguales, sus aparecidos y su buen puerto.
En 1990 se dan las conceciones a las salmoneras y comienza una etapa industrial, se instalan balsas al interior de la bahía y aquí espero los aportes que ustedes puedan hacer pues no las conocí, ahora estan afuera producto de la contaminación que dejaron dentro, los sargazos son más escasos y se encuentran bastante mal trechos, la cantidad de peces ha disminuido, lo mismo la talla y no vas a pescar merluzas al pinche, no usas sierreros al cruzar el canal ni encuentras un jurel. Tampoco te demoras 5 0 6 horas remando para llegar a casa.
Los tiempos cambiaron, pero cuando se puede todavía se va donde Morrás por un asadito.
Si no hay humo las cosas son muy distintas.
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