Ha entrado una brisa de esperanza con el proyecto "Una Patagonia por Descubrir" que nos integra en la cultura marinera junto a las Huichas, Raúl Marin y Melinka sin embargo estamos en peligro de desaparecer de los circuitos que pretenden integrarnos por olvido.
Si, OLVIDO que pertenecemos a la región, olvido del inmenso patrimonio histórico y cultural que tenemos, de los recursos económicos que aportamos con las industria que nos invade y culturalmente nos asfixia, de la belleza escénica de portada y de lo más importante el valor de sus habitantes capaces de habitar un territorio tan precario.
Al lanzarse la guía "Aysén con vistas al mar" a quedado una vez más reflejado el interés de nuestras autoridades que brillaron por su ausencia, como si con los aportes económicos bastara para blanquear conciencias y cumplir las obligaciones para con sus habitantes que sienten orfandad y abandono.
Es compresible, la pesca dejo de ser negocio y pesa sobre el alma el maltrato que el mar brindo en esta tierra y se olvida que gracias a ella se produjo el desarrollo que hoy tenemos pues fueron los pescadores que bien o mal gastaron sus ingresos en la región permitiendo desarrollo y las condiciones de vida actuales de los asentamientos mayores a donde se vieron obligados a emigrar ya que al crecer sus hijos necesitaron de educación, salud y trabajo.
Si conversamos con nuestras autoridades locales comprobamos su pasado de pescadores artesanales con cuotas de pescado hasta el día de hoy, recuerdan su pasado y parecen huir de él, olvidando a sus compañeros que se quedaron en las islas.
Tiempos duros, si!, tiempos fructíferos también, y para los que se quedaron una forma de vida que los cautivo y que quieren perpetuar y que necesita reconocimiento.
Si esto se da, con muy poco apoyo volverá a florecer el litoral ya que cuenta con la voluntad de permanecer, con recursos propios y con la porfía necesaria.
En el último seminario de "Turismo cultural" nos presentaron la estrella regional "Casa Del Turismo Rural" que representa la cultura campesina y ha contado por años con apoyo y recursos públicos que financiaban el 60% de la gestión, ofreciendo una actividad económica interesante que permite a sus habitantes permanecer en su territorio.
Sin embargo cabe preguntarse con ese apoyo público ¿como estaría el litoral social y culturalmente?
De estas casas todos quieren huir, sin embargo ellas fueron el pan de cada día en nuestro litoral y aun cuando se privilegie tanto el dinero y la economía sin la voluntad de estos últimos colonizadores Aysén sería como cualquier región sin su identidad que la destaca por su voluntad de progreso y desarrollo donde lo que "no hay se inventa y se hace". Se inventaron estas casas donde no había nada, se hicieron los pueblos y se desarrollaron, hoy se dejaron los remos atrás, también las ranchas y ahora apuesta por una nueva alternativa el turismo, como un complemento para mantenerse en el territorio.
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