lunes, 30 de mayo de 2011

Fragilidad Ecológica , Explotación, Saqueo y destrucción



EXPLOTACIÓN
Bajo este concepto se ha intentado someter a todo el territorio de Aysén desde sus inicios y este campo no ha estado exento, por lo que más allá del cambio físico experimentado en su vegetación me llama a reflexionar sobre los conceptos asociados: progreso, desarrollo, bienestar como consecuencia o resultados de la explotación de la región.
Llega Bruno Rösner a Aysén en 1938 buscando el sueño de un territorio que se le ofrecería gratis a manos diligentes capaz de hacerlo producir e integrarlo al territorio nacional según las ofertas que hacían los gobiernos y las espectativas de la época.
Llega a la Oficina de Tierras y Colonización de Puerto Aysén capital de la provincia, donde busca concretar la oferta y le dicen "busque", cuando encuentre debe cumplir los siguientes requisitos(que básicamente eran establecerse, construir casa, tener algo de ganadería que le permitiera sobrevivir).Demoro 8 años en cumplir los requisitos y cuando fue a regularizar su predio le comunicaron que las leyes habían cambiado y eso no sería posible.(el era alemán y estaban en guerra)
Buscando una salida se asocio y el socio en su ambición le manda 80 vacunos en vez de los 40 acordados que podía sostener, y el campo se vuelve de leyenda a raíz de estos animales.
Bruno siente el llamado de la vida y deja la Magdalena no se en que términos, queda Victorino Huichapani como encargado y las leyendas comienzan.
Algunas que han llegado de oídas, las dejare registradas para que no se las lleve el olvido.
Que los animales quedaron al cuidado de Victorino Huichapani y que a este indio lo habrían estafado curandolo (emborrachandolo) y llevándole muchos animales en una lancha.
Otra versión dice que después del primer año el pasto desaparecio por el sobretalajeo y vino una mortandad que equilibro la capacidad real. (Arturo Soto)
No se lo que pasó después, pero el campo salio a remate, fue comprado por un santiaguino al que se lo compraron mis padres y a quedado en nuestras manos desde entonces. Su regularización definitiva fue toda una historia.
Y mi padre repitio la historia del socio, compró todo lo que pudo escuchando las viejas historias de las bondades y capacidad de talaje. Yo llegue con los animales en mayo de 1976, pasaron bien ese invierno, le pedí a mi padre que descargará el campo cosa que no quiso y vino la mortandad en el siguiente invierno; y empezó la segunda leyenda de los "baguales" de Morrás, y la de muchos más.
Famosas se hicieron las cazas de baguales, los asados y las ventas de animales a espaldas de los dueños, las ventas en la carnicería del cuidador, etc. que desconozco porque cuando aparezco se callan, me conocen y saben que mi corazón quedo atado a ese campo y que al conocer cada uno de los animales me duele, y yo debo agradecer su silencio.
Esta tierra SIRVE sólo a aquellos que están dispuestos a servirla y someterse a sus reglas, las de la modernidad y la industralización sólo la destruíra en menos de una generación dejando un campo estéril y para eso basta con mirar todos los intentos y su herencia.
SAQUEO, este término suena casi como a robo, sólo que no se reconoce a un dueño de lo robado y esto es porque lo robado es PATRIMONIO COMUN y por lo tanto se considera de NADIE sin darse cuenta que los dueños son los hijos de los hijos de nuestros hijos y de las generaciones futuras que nos seden el cuidado de la TIERRA y que deberemos rendir cuenta.
Si miró con los ojos acostumbrados al campo, encuentro grandes troncos de árboles pudriéndose como testigos mudos de su existencia.
¿Qué se hizo con ellos? Con los mejores, madera con la que se construyeron las primeras casa, establo, bodegas y cercos, el resto leña, con el tiempo todo al fuego por etapas, primero los cercos, las bodegas, el establo y finalmente la casa, y no sólo una sino las que vinieron.
Han pasado 75 años, donde se rozó, el bosque nuevo debe tener de 20 a 35cm de diametro dependiendo del árbol (canelo, luma, tepa o arrayán), si se roza de nuevo la capa vegetal es más pequeña así que lo mejor es dejarlo tranquilo.
Con las pampas algo parecido entre 8 y 15 (optimista) cm de capa vegetal sobre piedra pome y maicillo lo que le da un drenaje muy bueno y lo hace un campo seco.
En sus orillas se encuentra el tepú justo para decir que hay y alegrar con sus flores el verano ya que al ser tan buen puerto ha sido lugar de innumerables faenas de pesca de merluza y por supuesto de pesca de "leña"; de "instalaciones acuicolas" (salmoneras) por lo que se exploto el borde costero para satisfacer las necesidades de coigue y tenio para las primeras jaulas y leña para los asentamientos como "Villegas" en la Magdalena hasta que la tecnología desplazo estos materiales en la industria; y de alegría de los más atrevidos que se han adentrado un poco más adentro por baguales o simplemente a robar algún animal lo que ha impedido todo desarrollo sistemático resultando más baratas las perdidas por robos que el pago de un cuidador o la subsistencia de los colonos. La Magdalena se despobló y del trabajo sólo queda una diferencia en el verde donde hubo vida humana.
Pues bien, la consecuencia lógica DESTRUCCIÓN de lo mejor en forma gradual y sucesiva agotándose uno por uno los recursos ¿hasta cuando?
Si llamamos progreso, desarrollo y bienestar, el tener plancha eléctrica, TV cable o alcantarillado en el siglo XXI es querer comprar con oro baratijas, pues junto a eso hemos perdido la oportunidad y deber de educar a nuestros hijos compartiendo la vida y el trabajo, enseñandole valores y el respeto a la vida, la naturaleza y al hombre que recibimos de nuestros padres porque no tenemos tiempo por comprar tanta chatarra.
Si te niegas eres loco........


domingo, 29 de mayo de 2011

Fragilidad Ecológica Vegetal II











A partir del 2003 llego a una isla sellada por la vegetación, un piño de 6 vacunos compuesto por 3 toros de casi 600kg cada uno, 2 vacas y una ternerita y para donde mirara renuevo y bosque nativo joven. Una cabaña de aspecto hermoso y los materiales para una casa.
Mis primeros intentos de recorrer el campo eran agotadores, los caminos cerrados, algunas huellas de animales, un collar de pequeñísimas pampas todas muy parecidas a las que entrabas y no sabias como seguir que se conectaban a través de lo que fue la antigua red de caminos del que encontrabas pequeños barros y algunos pedazos de ripio. Lo demás era intuición, memoria y sentido de orientación y mucha suerte. No faltaron las caminatas en circulo, las desorientaciones y el encontrarse en lugares opuestos o desconocidos. Lo único cierto es que cada salida era una aventura, un descubrir un escenario nuevo y una experiencia.
Todo era verde, verde y más verde, ramas y palos que atemoriza a cualquiera no acostumbrado a ese monte idéntico y distinto, que lo conocía pero que en 40 años tenía otra fisonomía. Se volvio inseparable mi machete, un paisaje de ida, otro de vuelta, los árboles viejos se volvieron amigos y guías y fui identificándolos uno a uno con lo que las vueltas se acortaron, se hicieron más seguras y las sendas más definidas hasta que pude andar parada, las vacas ocasionalmente aparecian y me di a la tarea de despejar un cordón de los últimos roces hechos que eran principalmente calafates para tener un poco de pasto.
Corte solamente aquello que no servia de talaje, lo amontone y lo queme sembrando pasto y haciendo toda clase de experimentos sin resultado. Las pampas simplemente eran malas y la meta hasta hoy no la he conseguido y es que alrededor de las bostas de vaca semille el pasto dulce como pasaba cuando era niña.
El otro intento lo hice donde había quilantal y tenía la idea que sería una tarea imposible ya que al ver la fuerza con que se había regenerado el bosque nativo suponía que este con cada temporada volvería y sólo con el machete no lo ganaría.
Los primeros años fue así, pero a partir del tercer año empezaron a retroceder las quilas sistemáticamente y con muy poco esfuerzo he abierto algunos círculos donde el pasto va afirmándose y a la ves se pueden ver los gigantes Guardianes del bosque siempre verde de centenares de años y quisas siglos con toda su belleza. Así aparecio un circulo de Tepas centenarias con sus gruesas lianas de boquis y botellitas, algunas quilas en flor y la esperanza de sobrevivencia de mis terneros.
Descubrí el bosque nuevo de los arrayanes, un bosque de duendes, árboles hermosos de todas las especies y a medida que pasaba el tiempo fui apreciando el cambio que se operaba en las estaciones y en el alma, aprendiendo a ver en el verde a cada especie de árbol por su tono, a descubrir y reconocer sus flores, muchas de ellas pequeñitas y discretas que pasan imperceptibles y los tiempos en el alma que corren a parejas con las estaciones. No he alcanzado todavía la habilidad de reconocer edad y salud de los arboles, como tampoco a calcular su rendimiento en madera, cosa que mis vecinos hacen con toda naturalidad; a mi me ha cautivado su belleza, sus formas, sus flores y las alianzas y estrategias que hacen para sobrevivir.
Siendo un bosque sin intervención en su regeneración en lo que fue el campo viejo, el sector de las quemas y el quilantal ramoneado, y ahora las aberturas en el quilantal tenemos acceso a tres etapas distintas de desarrollo del bosque con una intervención mínima lo que permite ver su desarrollo, tiempo de crecimiento y cambios en el suelo.
He cambiado mi perspectiva con respecto a este recurso que siempre se ha considerado renovable y que en atención al tiempo ya no lo es ni lo será. Si no defiendo las lumas y arrayanes jovenes que hay al lado de mi casa los conocerán mis nietos, con suerte sus hijos, sus nietos muy difícil y en 50 años más sólo serán árboles maduros jóvenes.
Busque los catálogos de flora y fauna de la zona, simplemente no los había, así que me dí a la tarea de registrar con la maquina que conseguí todo aquello que llamo mi atención a quema ropa y el resultado fue espectacular. En un lugar tan bello era imposible no sacar fotos bellas, el merito era de la naturaleza y me di el trabajo de subir a facebook isla magdalena cisnes todos los meses las mejores fotos para compartirlas con la esperanza de conseguir que me ayudaran a identificar la flora y fauna que encontraba y dar a conocer la isla Magdalena en la Patagonia insular chilena.
El resultado está en la cantidad de amigos que ha logrado este trabajo que se aprecia mejor en las fotos que en las palabras.
Están igualmente invitados a participar de este trabajo de registrar fotográficamente o por escrito con sus memorias y experiencias, para que sea enriquecido en sus lagunas este blog, pues como pueden apreciar hay mucho espacios en blanco y mi ignorancia muy grande.

viernes, 27 de mayo de 2011

Fragilidad Ecológica Vegetal I






Entre 1938 y 1946 vivio en este lugar Bruno Rösner quien nos dejo un relato de su estancia y el esfuerzo que hizo para hacer de este lugar un "campo productivo" donde se cortaron los arboles, las quilas, se espero a que se secara todo y se quemo para sembrar pasto y así poder mantener una masa ganadera que permitiera sobrevivir. En dos temporadas cuadrillas traídas desde Chiloé se dieron a la tarea con lo que se logró hacer la parte que llamaremos campo viejo.
Entré 1964 y 1965 pise por primera ves la Magdalena y me encontré con lo que fue una montaña de chilcos y renobales de estos que dan esta flor amarilla y que me los han llamado con varios nombres y en definitiva no se cual es. Me sobrepasaban, tenía 9 años y el campo estaba lleno de senderos, algunas de las pampas que despeje y adquirí el mal habito de andar encorvada dando la altura de las vacas, a usar machete y conocer todos los rincones donde se escondían y ha descubrir y amar este territorio, con sus alegrías, básicamente las visitas, el buen tiempo y los nacimientos de los terneros, gansos y los pollos. Tuve dos años en este tramite.
Mi socialización se hizo principalmente con el contacto de este monte y los vacunos por lo que quede un poco "bagual"(se dice de las vacas que se ponen salvajes) y aprendí las reglas por las que se rige la naturaleza sin ningún guía, literatura española que nos leía en voz alta mi padre para acortar el invierno, lanas y palillos para combatir la ociosidad y la "Base Primaria" libro de texto de 4º y 5º para profesores que fue mi escuela.
La falta de pasto no fue problema para esos vacunos originales, el renoval y chilco les proporcionaron buenos talajes, sobrevivian las crias y daban leche. La quila estaba recíen brotando así que no incidía mayormente en su alimentación.
El florecimiento de la quila por el 63, hizo que conociera los quilantales secos y que se diera luego la oportunidad de quemarla ahorrándose el roce, y plantar pasto con la finalidad de tener talaje para el ganado vacuno. A esta parte la llamaremos el campo de las quemas que pasara a formar parte del campo nuevo. Esto lo comprende dos faldeos completos, que fueron sembrados con pasto ovillo y festuca.
Al rededor de la casa mi padre rozó deschampando todo el renoval y chilco.
En esos dos años se consumieron los ahorros de mis padres, no tenía ninguna habilidad en las tareas del campo y tampoco para los negocios, las diferencias de opinión con los curas y doña Eugenía y con sus ideas políticas se cerró cualquier opción de trabajo por lo que tuvo que emigrar.
El campo quedo con ganado y la naturaleza continuo su trabajo.
Luego de 6 años volví, el quilantal me llegaba a la cintura por donde los animales transitaban, el renoval y los chilcos no estaban solos, crecían arrayanes, tepas, canelos, lumas, se mantenían los caminos (sendas de vacas), y no note grandes cambios.
Cuando en 1975 me quede en el campo después de 10 años y tuve el tiempo de recorrerlo palmo a palmo, note cuanto habían crecido los arboles nativos.
Tuve una fe ciega en la vida y en su fuerza renovadora. (Ahora veo que era mi vida que estaba llena de optimismo y juventud al igual que ese bosque que crecía confiado).
Las tepas jovenes sobresalían sobre chilcos y renovales, los arrayanes se extendían hacia los costados y crecían, las lumas asomaban con sus cogollos rosa y los canelos con sus tonos plateados al menor viento. Las variedades de verde estaban cambiando. Habían manos acostumbradas al trabajo de campo, se rozaba y se aprovechaban los palos para leña y se seguía con el sueño ganadero.
Grande era la dificultad para encontrar "madera"y la leña quedaba lejos "Tepú", dos conceptos que aprendí a cabalidad y que son propios de la zona.
MADERA es un árbol maduro joven de ciprés, mañio, ciruelillo,tepa que se usaba para construcción. El ciprés soquetes, tejuelas y tablas para embarcaciones; mañio para interiores, ciruelillo para los muebles y la tepa para lo demás siempre que estuviera bajo techo o sobre los soquetes, coigues y tenios se salvaban.
Leña era Tepú, el resto porquería; y lo demás era "PALO PARA",un concepto previo que había aprendido de niña cuando las motosierras eran un lujo: árbol que se volteaba a hacha con un fin especifico elegido individualmente y luego se hace con moto"(viga, tejuela, estacón, mango de herramienta, roda, leña, etc).
El campo era malo, no tenía madera y leña había en todas partes, era cosa de amarrarse con marea alta a cualquier palo y cortar tepú o recorrer los alrededores de Cisnes cortar y recoger.
Junte los animales que mi padre había comprado, los lleve al campo, le di mis indicaciones y como me desprecio en todos mis consejos, tomé mis pilchas y busque mi camino.(El viejo no estaba dispuesto a que una mujer se metiera en sus cosas y le dijera que hacer y madre no me quería en el).
Más allá de donde transitaban los animales la quila me sobrepasaba.
Volví en vacaciones el 77 con mi hija mayor en brazos, había quedado el desastré, no me había equivocado, pero en ese tiempo ser mujer con ideas también lo era. Las perdidas eran muy dolorosas y ya hablaremos de los animales.
Luego el 89 y se notaba cambio por todas partes, se había descubierto la pesca de la merluza, de mi casa quedaban ruinas, se habían terminado los vacunos y mi vecino me presto su casa para visitar el campo.
La playa del Tepú como la llamábamos había desaparecido, o más bien todos los troncos viejos de Tepú, un árbol durisimo que arde seco o verde y produce muchas calorias al quemarse,único combustible útil para calentar casas mal aisladas en los fríos inviernos de la zona.
No había duda, la naturaleza había tomado el control y el bosque nativo crecía con toda su fuerza, ya no sólo sobresalía sobre chilcos y renoval, sino que lo estaban ahogando, no podía avanzar mucho por los antiguos caminos y era como volver a empezar.
Junto a la pesca de la merluza estaba el pelillo, un alga que tenía mercado y se renovaron mis intenciones de volver las que nuevamente chocaron con la incomprención o egoismo de mis padres, lo que aborto el intento.(a veces siento que también hay mucha comprención y amor cuando calzo sus zapatos, recuerdo lo que vivierón y me digo ¿qué harías si una de tus hijas repitiera la historia?, es muy difícil la respuesta, a veces digo es que la vendería y también que moriría)
Sólo hasta la última barcaza del 2002 tomé la decisión de volver y fue llegar a leer un viejo libro escrito por la mano de dios en hojas verdes de arrayanes, lumas, tepas, quilas, ciruelillos, calafates y de cuantas plantas se me fueron cruzando en el camino entrelazándose con recuerdos, experiencias y conocimientos que se irán compartiendo en este blog mostrando la fragilidad de la patagonia y el temple de sus habitantes.

viernes, 20 de mayo de 2011

Patagonia; Fragilidad Ecológica


Si vemos esta imagen actualizada podremos apreciar la fragilidad del sistema, aquí se originan los relatos de este blog que relatan principalmente lo vivido en los últimos 8 años.
Han participado de este cambio: mi machete, compañero inseparable de andanzas, el hacha herramienta indispensable, 5 vacunos compañeros y amigos que me sostenían en los bajones y alegraban mi soledad con sus visitas (están a todo campo y no conocen de cercos), 25 cabras inteligentes, regalonas y traviesas que me hacen levantarme en invierno a darle su comida y que han ido dejándome, y 10 ovejas que van sobreviviendo y son la alegría en verano con sus corderos y asados.
En lo 3 primeros años probé y roce todo lo que
pude tratando de mejorar y ampliar las pampas existentes, luego sólo
mantuve los senderos abiertos.
La moto(sierra) sólo para la leña para mi consumo.
Este es el resultado visto desde arriba

lunes, 16 de mayo de 2011

¿Qué vas a hacer aquí en medio de la nada?


Por los 8 años de edad me abrigaron, me pusieron pantalones, chomba y gorro y me
anunciaron que" iríamos de vacaciones al sur". Rondaban en los días previos por mi casa una
señora alta con turbante y unos curas.
Luego de unos días de viaje en tren y barco llegamos a Puerto Cisnes fondeando el barco
a medio, bajamos en un bote para llegar a la orilla desde la cual colgaban los chilcos y cantaban
los pájaros en un concierto alegre, todo verde, con barro en las calles, arboles y matas, unas casas
grises y de madera, todas muy alejadas unas de otras. Había que tomar el equipaje y para arriba en
busca del internado de los curas.
Fue tal el impacto de esta visión que me atraparon, los chilcos, los pájaros con su canto, la
lluvia y la tierra; y contraje la enfermedad "Aysén" que cautivo mi corazón dejándolo preso entre el
mar y los cerros.
Años más tarde siendo extranjera en la ciudad sentía el llamado del viento del sur y
volví para quedarme. Mis padres habían comprado una propiedad frente a Puerto Cisnes, estaba
abandonada y mi corazón estaba ahí. Al poco tiempo de llegar vino mi padre con los materiales
para una casa nueva, dejo armada la obra gruesa y se marcho.
Paso un año a la espera de maestros, plano e instrucciones hasta que me explicaron que
terminaba la casa o se torcía la Tepa y no serviría más que para hacer fuego y no falto él que me
dijo: ¿Qué vas a hacer aquí en medio de la nada?, y yo pensada "sin un peso"; pero bueno estaba
en un lugar maravilloso, tenía al Cay por compañero, algunos animales y el proyecto de realizar mi
sueño " compartir la belleza de la Patagonia Insular chilena y sus tradiciones", unas manos
acostumbradas al trabajo, los materiales y las herramientas: martillo, serrucho, metro, escuadra, en
fin todas ellas manuales y de niña había aprendido a usarlas.
La casa tenía proyectado tijerales a la vista y estaban clavados los palos en bruto, así que
con paciencia a desclavarlos, cepillarlos, barnizarlos y volver a ponerlos y de ahí en adelante fue
coser y cantar, acarrear lo que faltaba, clavar y clavar, parchar y cortar hasta que se fueron
consumiendo los materiales y la construcción fue tomando cuerpo hasta que llegamos al baño y las
puertas.
Tomada la decisión todo fue "fácil", o sea no hubo divagaciones, sino concentración en
cortar, clavar, juntar, medir y construir en medio de la soledad con las interrupciones necesarias
para buscar los víveres ya que semejante proyecto "era locura". Sola en el campo no sabía cómo
poner una chapa o soldar una cañería y las puertas tampoco me las podía así que usamos moneda
patagona, o sea trueque con una empresa que contrato un maestro que instalo las puertas e hizo el
baño lo que daría para otra historia.
No son problemas el color, la combinación de los muebles o las flores; esas eran simples
tonterías frente a traer el agua para que funcione el agua en la casa, que no quedase alguna gotera o
el sellado de las ventanas y hacer las escalas de acceso con los materiales existentes lejos de las
ferreterías y de cualquier negocio.
Cuento corto se habilito la casa que uso por la temporada la empresa y me dedique a abrir
los senderos machete en mano para que en el verano se pudiera recorrer el campo con seguridad y
ver algo ya que en esta parte del planeta el monte llega al mar y el quilantal no te deja entrar, se
contactaron los amigos y se hicieron los primeros planes de viaje
Llego el verano y se lleno de visitas a las que le toco ayudar a terminar casa, ver detalles,
ver senderos, comentar las experiencias, compartir las historias del cambio en la región, hacer los
asados, ir de pesca, esquilar las ovejas, en fin trabajo y puras alegrías pero de dinero nada,
hasta que llego la industria salmonera con sus necesidades de hospedaje para su gente,
vino trabajo en temporada baja y se consiguieron los recursos para alhajar y terminar la obra
comenzada y ahí está Hospedaje en ISLA MAGDALENA CISNES en medio de la nada entre los
grandes coihues y arrayanes, con la compañía del CAY, un mar que tranquilo me baña la playa, los
chilcos y los chucaos.
He puesto en la red la isla ubicándola en la comuna de Cisnes, he mostrado al mundo su
belleza, hecho un blog y un facebook muy exitoso donde se ha mostrado el paisaje, la flora y
fauna, las costumbres y las actividades que se realizan y se a sembrado un destino. "a la Patagonia

insular Chilena" a lo largo de Chile y España.
La historia ha salido corta, los años de soledad largos y la lluvia a punto de diluir los sueños donde
la naturaleza manda y renace con la primavera todos los años para decirme "gringa aquí esta tu
corazón y tu casa, a compartirla y disfrutarla”, lo demás se te dará por añadidura.