lunes, 16 de mayo de 2011

¿Qué vas a hacer aquí en medio de la nada?


Por los 8 años de edad me abrigaron, me pusieron pantalones, chomba y gorro y me
anunciaron que" iríamos de vacaciones al sur". Rondaban en los días previos por mi casa una
señora alta con turbante y unos curas.
Luego de unos días de viaje en tren y barco llegamos a Puerto Cisnes fondeando el barco
a medio, bajamos en un bote para llegar a la orilla desde la cual colgaban los chilcos y cantaban
los pájaros en un concierto alegre, todo verde, con barro en las calles, arboles y matas, unas casas
grises y de madera, todas muy alejadas unas de otras. Había que tomar el equipaje y para arriba en
busca del internado de los curas.
Fue tal el impacto de esta visión que me atraparon, los chilcos, los pájaros con su canto, la
lluvia y la tierra; y contraje la enfermedad "Aysén" que cautivo mi corazón dejándolo preso entre el
mar y los cerros.
Años más tarde siendo extranjera en la ciudad sentía el llamado del viento del sur y
volví para quedarme. Mis padres habían comprado una propiedad frente a Puerto Cisnes, estaba
abandonada y mi corazón estaba ahí. Al poco tiempo de llegar vino mi padre con los materiales
para una casa nueva, dejo armada la obra gruesa y se marcho.
Paso un año a la espera de maestros, plano e instrucciones hasta que me explicaron que
terminaba la casa o se torcía la Tepa y no serviría más que para hacer fuego y no falto él que me
dijo: ¿Qué vas a hacer aquí en medio de la nada?, y yo pensada "sin un peso"; pero bueno estaba
en un lugar maravilloso, tenía al Cay por compañero, algunos animales y el proyecto de realizar mi
sueño " compartir la belleza de la Patagonia Insular chilena y sus tradiciones", unas manos
acostumbradas al trabajo, los materiales y las herramientas: martillo, serrucho, metro, escuadra, en
fin todas ellas manuales y de niña había aprendido a usarlas.
La casa tenía proyectado tijerales a la vista y estaban clavados los palos en bruto, así que
con paciencia a desclavarlos, cepillarlos, barnizarlos y volver a ponerlos y de ahí en adelante fue
coser y cantar, acarrear lo que faltaba, clavar y clavar, parchar y cortar hasta que se fueron
consumiendo los materiales y la construcción fue tomando cuerpo hasta que llegamos al baño y las
puertas.
Tomada la decisión todo fue "fácil", o sea no hubo divagaciones, sino concentración en
cortar, clavar, juntar, medir y construir en medio de la soledad con las interrupciones necesarias
para buscar los víveres ya que semejante proyecto "era locura". Sola en el campo no sabía cómo
poner una chapa o soldar una cañería y las puertas tampoco me las podía así que usamos moneda
patagona, o sea trueque con una empresa que contrato un maestro que instalo las puertas e hizo el
baño lo que daría para otra historia.
No son problemas el color, la combinación de los muebles o las flores; esas eran simples
tonterías frente a traer el agua para que funcione el agua en la casa, que no quedase alguna gotera o
el sellado de las ventanas y hacer las escalas de acceso con los materiales existentes lejos de las
ferreterías y de cualquier negocio.
Cuento corto se habilito la casa que uso por la temporada la empresa y me dedique a abrir
los senderos machete en mano para que en el verano se pudiera recorrer el campo con seguridad y
ver algo ya que en esta parte del planeta el monte llega al mar y el quilantal no te deja entrar, se
contactaron los amigos y se hicieron los primeros planes de viaje
Llego el verano y se lleno de visitas a las que le toco ayudar a terminar casa, ver detalles,
ver senderos, comentar las experiencias, compartir las historias del cambio en la región, hacer los
asados, ir de pesca, esquilar las ovejas, en fin trabajo y puras alegrías pero de dinero nada,
hasta que llego la industria salmonera con sus necesidades de hospedaje para su gente,
vino trabajo en temporada baja y se consiguieron los recursos para alhajar y terminar la obra
comenzada y ahí está Hospedaje en ISLA MAGDALENA CISNES en medio de la nada entre los
grandes coihues y arrayanes, con la compañía del CAY, un mar que tranquilo me baña la playa, los
chilcos y los chucaos.
He puesto en la red la isla ubicándola en la comuna de Cisnes, he mostrado al mundo su
belleza, hecho un blog y un facebook muy exitoso donde se ha mostrado el paisaje, la flora y
fauna, las costumbres y las actividades que se realizan y se a sembrado un destino. "a la Patagonia

insular Chilena" a lo largo de Chile y España.
La historia ha salido corta, los años de soledad largos y la lluvia a punto de diluir los sueños donde
la naturaleza manda y renace con la primavera todos los años para decirme "gringa aquí esta tu
corazón y tu casa, a compartirla y disfrutarla”, lo demás se te dará por añadidura.

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